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En pleno 2025, aún puede parecer sorprendente tener que hablar de ciberseguridad como si fuera un tema nuevo. Pero los hechos nos demuestran que sigue siendo una prioridad urgente y muchas veces descuidada.

Durante el Mes Nacional de Concientización sobre Ciberseguridad en EE.UU., una de las cadenas hoteleras más importantes del mundo, MGM Resorts, sufrió un ciberataque que paralizó parte de sus operaciones en Las Vegas. No fue un caso aislado. En México, instituciones como la Lotería Nacional o la Caja Popular Mexicana también han sido blanco de ataques cibernéticos en los últimos años, dejando claro que nadie está exento del riesgo.

Sin seguridad no hay inclusión: proteger la conectividad es clave para cerrar la brecha digital.

Durante la primera mitad de 2024, México registró más de 31 mil millones de intentos de ciberataques, lo que representa el 55% del total de intentos en América Latina, según datos de Fortinet. Además, se identificaron más de 158 mil ataques de ransomware y alrededor de 835 mil intentos de hackeo a dispositivos móviles, ubicando al país como el segundo más vulnerable de la región. Esto equivale a cientos de miles de amenazas diarias que afectan tanto a ciudadanos como a sectores críticos como salud, manufactura y transporte.

¿Qué tiene que ver todo esto con la inclusión digital?

Mucho. Si queremos cerrar la brecha digital y conectar a más personas con los servicios del mundo moderno —educación, salud, gobierno, banca, etc.—, necesitamos garantizar que esas conexiones sean seguras.

Desde Cisco, y en el marco de nuestras iniciativas de conectividad, entendemos que la inclusión digital no puede existir sin una estrategia sólida de ciberseguridad. No basta con llevar internet a las comunidades o digitalizar servicios gubernamentales. Si las plataformas no están protegidas, el acceso digital se vuelve un riesgo, no una oportunidad.

Ciberseguridad desde la base

Los servicios al ciudadano, las plataformas gubernamentales y cualquier infraestructura digital deben nacer con seguridad incorporada. No puede ser un añadido. Debe ser parte del diseño, parte de la planeación y parte de la operación diaria.

Porque, ¿de qué sirve conectar a una comunidad si sus datos personales están en constante peligro? ¿Cómo podemos pedir confianza en la tecnología si no se ofrecen garantías de protección?

La ciberseguridad no es un lujo ni una opción. Es la base sobre la que debe construirse un futuro digital verdaderamente inclusivo y seguro para todos.